Fugacidad

Después de asediaros con miles de fotos de viajes y montañas, hoy toca relato. Hay una persona, que por alguna extraña razón me recuerda a un personaje de The Sandman. Este hecho me ha inspirado (ya sé que no es muy original) para escribir este breve relato.


Timmy estaba jugando con su skate en la plaza de la calle Sandalwood, justo al lado del semáforo que da acceso a los coches que vienen de la interestatal 5. Su madre le había dicho miles de veces que no jugara en ese sitio, que era peligroso, pero Timmy pensaba que solo se lo decía para fastidiarle, como tantas otras cosas.

Le encantaba ese sitio, había siempre montones de neumáticos y maderas viejas que usaba como rampas para sus acrobacias. Soñaba con ser un día famaso y vivir en california. Cuando estaba a mitad de uno de sus saltos apareció una chica que se cruzó en su trayectoria. Timmy se calló muy cerca de la carretera. Por suerte estaba bien.

- ¡Eh! ¿Se puede saber que haces? ¿Es que no miras por donde vas? ¿Podría haberme matado?

La chica tenía aspecto joven, pelo negro, tez blanca y vestía entera de negro, de una forma que le recordaba a alguno de esos grupos de rock de los 80 que había visto en la MTV, en ese programa que recordaba viejos exitos y que tanta gracia le hacía.

- Hola Timmy
- ¿Cómo sabes mi nombre?
- Bueno, conozco a mucha gente. ¿Sabes? Conocí a tu padre.
- Bueno, yo apenas le recuerdo. Murió cuando yo era casi un bebé. Me gusta tu colgante ¿qué es?
- Es un regalo de mi hermano, de mi hermano mayor. Él si que conoce a mucha gente.
- Eres una chica un poco extraña, pero me resultas agradable. Perdona que me enfadara antes.
- JAJAJAJAJ eres muy amable. Hay mucha gente a quien no gusto.
- Las chicas que conozco son tontas. Tu no, tu no te burlas de mi.
- ¿Quieres acompañarme? Voy a dar una vuelta y a ver a unos amigos. Te gustará.
- Vale. Ya me estaba aburriendo de patinar.

El conductor se bajó del coche tras dar un brusco frenazo. Se echó las manos a la cabeza. No pudo hacer nada por Timmy.