Lujuria
Una persona me medio propuso que hiciera un relato erótico. La verdad es que después de la experiencia he de reconocer que no es nada facil. Hay que saber buscar y poner las palabras adecuadas, sin caer en el infantilismo, y sin desembocar en la zafiedad. El caso es que hice una primera versión, que no terminaba de convencerme, asi que le pedi ayuda a Alice, que tras sus sugerencias, etc, la verdad es que el texto mejoró bastante. No lo iba a poner en el blog, pero ella lo medio sugirió.
Hace mucho, mientras estudiaba Euskera, nos recomendaron la lectura de un libro, un libro de relatos eróticos que me gustó mucho (Por cierto algunos eran muy psicodelicos y surrealistas). El autor, recomendaba en la contraportada, que su libro fué escrito para ser leido con una sola mano. Que lo disfruteis...
Mientras caminaba por el pasillo observando los cuadros de la pared, pasó junto a la puerta del cuarto de baño. Estaba entre abierta. No pudo resistirse. Miró. Su corazón se aceleró y respiró hondo. A través del juego de espejos del cuarto de baño podía ver a su amiga, desnuda, duchándose. Estaba cubierta de espuma y se frotaba de una manera que a él le pareció muy sensual. Era rubia, con una larga melena y unos ojos verdes que harían enloquecer a cualquiera. Varios lunares estratégicamente colocados hacían de su piel un territorio muy apetecible, sobre todo ese al lado de su pecho. Trató de no hacer ruido para no ser descubierto. Notó que su corazón iba cada vez más rápido, más y más rápido.
Su amiga empezó a acariciarse el sexo, y a pellizcarse los pezones. Tenía la mirada perdida. Se estaba masturbando. Por un momento, solo por un momento le pareció que ella se había dado cuanta de su presencia, y que incluso su boca esbozaba una sonrisa lasciva. Ella seguía a lo suyo. Continuó de pie en el pasillo un par de minutos más. No podía dejar de mirarla, cada caricia, cada movimiento, cada gemido…
Se estaba desabrochando el primer botón del pantalón, cuando desde dentro su amiga dijo:
- Pasa. Te estaba esperando.
Le dio vuelta el corazón. Por un momento dudó. Estaba muy excitado. Finalmente abrió la puerta y entro. Su amiga estaba apoyada en la pared de la ducha, con las piernas abiertas. No había parado de masturbarse. Se quitó la ropa y entró en la ducha.
Comenzaron a besarse desenfrenadamente. Ella le agarraba fuertemente por detrás. Él lamía y mordisqueaba su cuello mientras con una mano la agarraba por la espalda y con la otra acariciaba su sexo. Le dio la vuelta con violencia, de tal manera que él pudiera acariciar con ambas manos sus pezones, endurecidos y excitados, mientras ella arqueaba la espalda y se estremecía. Empezó a mordisquearle y a arañar su espalda mientras le obligaba a agacharse y él se arrodillaba para lamerle. Se atrevió a meterle el dedo índice a la vez que lamía.
- Mete otro. Me gusta.
Metió el segundo y notó como ella los apretaba desde dentro, con movimientos ritmicos y acompasados.
- Más. Más.
Metió otro más. Dentro. Fuera. Comenzó a acariciarla suavemente con su lengua. Gemidos.
- Mete otro. Ahhhh!Ahhhh!. Su cuerpo se estremeció.
Ella se incorporó y le obligó a levantarse. Empezó a mordisquearle los pezones. Muy fuerte. Le hacia daño, pero no le importaba. Con una mano agarraba su sexo endurecido y acariciaba sus testículos. Con la otra arañaba su espalda. Nunca hubiera creído que criatura tan dulce fuera capaz de provocar tanto dolor. Tanto placer. Sade.
Se puso de rodillas y se lo metió en la boca. Él respiró hondo. Dios, como le gustaba que se la chuparan…Siempre había pensado que esos labios carnosos debían de hacer maravillas. Pero la lengua…..la lengua….lamía suavemente la punta a la vez que era acompañada por movimientos suaves con la mano derecha. De vez en cuando se la metía entera en la boca. Hasta el fondo. Sus manos acariciaban su pelo mojado y la forzaban a metérsela aún más dentro.
- No pares, no pares…uhmmmmm
Ella paró y se incorporó, le agarro con su mano del sexo y le arrastró fuera de la ducha.
- Túmbate. Quiero follarte.
Obedeció. Ella se puso sobre él y comenzó a cabalgar, como si de un potro salvaje se tratara. Comenzó a gemir. Él solo la miraba. Cerró los ojos. Se dejó llevar.
- Frota mi clítoris con el dedo. Eso me gusta.
Al de un rato ella se giró. Siguió moviéndose de forma salvaje. Ahora estaba dándole la espalda, y podía pellizcarle los pezones.
- No tan fuerte…. Ufffff asi!, uffffff asi!
Estaba terriblemente excitada. Lo notaba. Se levantó y se puso a cuatro patas. Él no necesitó ninguna invitación. Le puso las manos en la cadera y la penetró con movimientos suaves pero profundos.
- Más rápido. ¡Fóllame!. ¡Fóllame!.
Empezó a follarla con movimientos bruscos y violentos. Rápido. Rápido. Él estaba ya a punto pero presumía que ella quería más. Mucho más. De hecho no habían más que empezado. Paró. Le agarró de las piernas y le dio la vuelta. Le obligó a abrir las piernas. Ella se resistió mientras le lanzaba una sonrisa pícara.
Comenzó a acariciarla suavemente con al lengua. Primero los muslos, y luego fue acercandose poco a poco hacia su objetivo. Introdujo un dedo. Luego otro. El tercero...Ella puso las piernas sobre sus hombros y buscó un cojín que estaba sobre el suelo. Se lo puso debajo ¿acaso estaba todo preparado?¿Acaso había sido una encerrona? Ya no le importaba...
- ¡Ahora! Follame otra vez...
Empezaba a estar cansado. El sudor empapaba ambos cuerpos. Ella tenía las piernas sobre sus hombros. Las acometidas eran profundas, muy profundas. Y sus gemidos y suspiros largos y gustosos. Volvió a parar. Momento que ella aprovechó para zafarse y ponerse de rodillas.
- ¿Qué te pasa? - Le preguntó con malicia – ¿Soy demasiado para ti?
Con su mano le lanzó hacia atrás. Le puso su sexo sobre la boca, pero esta vez ella se agachó hacia delante. El número mágico. Sesenta y nueve. Comenzó a chuparsela, aunque notó que esta vez lo hacía apretando suavemente con los dientes, sin usar las manos.
- ¿Te gusta? ¿Quieres que apriete más?
Él no contestó. No podía. Durante un par de minutos el placer nubló todo pensamiento. Ella llevaba todo el rato la iniciativa. El solo se dejaba llevar.
Tras unos segundos de impas, ella se levantó y le indicó que se sentara en una silla. Ella se sentó encima de él y comenzó a realizar ritmicos movimientos circulares con la cintura, cada vez más y más rápidos. Él la ayudaba con sus manos puestas en la cintura.
- ¿Te gusta asi?
Ella le agarró por el cuello y puso sus piernas alrededor de su cintura.
- Ahora empuja con las manos....asi.....asi.....ahhhhh
Sus cuerpos pegajosos por el sudor chocaban una y otra vez en una expiral de sexo, lujuria y placer. Pero él ya no pudo aguantar más. Explotó. Un largo gemido puso fin a la tarde.
Etiquetas: Reflexiones
4 Tus Comentarios:
t has atrevido a ponerlo, jajajajjajaj.
no lo has hecho nada mal , podrias dedicarte a ello.no creo k lo pueda leer otra vez, ejem....
un beso
A mi pese que me tachen de pervertida.. me ha gustado, y mucho. Yo sigo pensando que tienes un talento innato para escribir y trasmitir. Felicidades por el relato :), queremos más, más!
sandman eres la leche. escribir se te da de vicio
la próxima vez espachúrrale entre los dedos el clítoris como si fuera el botón de una margarita... le Encantará :)
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