Batxikabo

Este sabado pasado me fuí con mi amigo Ricardo (Richi) a dar una vuelta por uno de los parajes más bonitos de la provincia de Álava. Aunque estrictamente no pertenece al parque, yo lo considero como parte del Parque Natural de Valderejo: el monte Batxikabo, que pertenece a las estribaciones de la Sierra de Arcena, que limita Álaba con Burgos.

Dejamos atras Bilbao, que estaba gris y plomizo y nos adentramos en tierras alavesas, bajo un cielo azul y despejado. Por una vez las previsiones fueron ciertas, lluvia en la vertiente cantábrica, despejado en el interior. Llegamos a Barrio y comenzamos la marcha. A los pocos minutos, la primera sorpresa, un conejo agazapado y asustado temiendo ser descubierto. Le disparé, pero solo fotos. Al principio la marcha discurría por una pista, luego nos adentramos en un sendero que parecía una jungla, y que cada vez se hacía más y más empinado. La verdad es que fue un tramo duro pero muy bonito. Llegamos al collado de la Hoz, donde a mi amigo se le ocurre descargar detras de unos matorrales.

El caso es que estaba yo sacando unas fotos cuando de repente le oigo que grita "¡tio! ¡un jabato! ¡un jabato!", a lo que yo le contesté "¡sal de ahí cagando leches!", evidentemente no por el jabato, sino por que mama jabalí podía estar cerca...y la verdad, las madres jabalí tienen muy mala leche...

Tras el susto y las consiguientes risas, nos encaminamos hacia la cima que ya la teníamos a la vista. Un bonito tramo que recorría una autentica maraña de boj y piedras nos llevó a la cima. Como de costumbre las vistas espectaculares, y el entorno casi virgen y salvaje. Pude ver los primeros colores del otoño, rojo, marrón, amarillo....

Como no había idea de seguir andando y era pronto, nos dedicamos al hedonismo, yo a sacar fotos y Richi a dormir al solete. Las nubes estaban amenazando a lo lejos, y cuando superaron las montañas que separan la vertiente cantábrica con la llanada alavesa, decidimos que sería mejor ir bajando.

De camino a casa paramos a tomar algo y comer unos anacardos que tenía en mi mochila en Salinas de Añana, un pueblo construido entorno al afloramiento de un diapiro, o lo que es lo mismo, un rio salado del que se extraía sal. Ya los romanos conocían y explotaron estas salinas. Hoy en día esta actividad ha desaparecido, y la parte de las salinas es un gran museo al aire libre. Merece la pena acercarse.

Barrio, Batxikabo al fondo	Conejo
Collado de la Hoz	Valle
Observando	Sierra de Arcena
Cima	Segundo plano
¿Locura?	¿Locura? (II)
Otoño	Riscos
Paisanaje	Salinas de Añana