Santa Magdalena de Mucoró, Penya Roja, La Caixa y Punta del Aguilar

Interesante calcetinada la que me di uno de los días que estuve en agosto por Mora d'Ebre. Se trataba de borrar de la lista varios de los montes del concurso de las 50 cimas de la Ribera y me fui resuelto hasta Sant Jeroni para cumplir la pequeña hazaña. A pesar de que era primera hora de la mañana, el calor empezaba ya a ser importante. Comencé remontando el bonito barranco de Fraus, exuberante de vegetación, por un sencillo sendero que iba ascendiendo cruzando algunos márgenes y terrazas hoy en desuso. Tras una breve pero entretenida ascensión, llegué a lo alto de la sierra de La Picossa, desde la que se veía el carácterístico l'Estel.

Barranc de Fraus (I)


Barranc de Fraus (II)


Barranc de Fraus (III)


Barranc de Fraus (IV)


Barranc de Fraus (V)


Barranc de Fraus (VI)


Panel


L'Estel


Vista atrás al barranc

Ahora se trataba de descender hacia la otra vertiente para coronar la modesta cima de Santa Magdalena de Mucoró, con su antigua ermita. Podría haber ido hasta ahí sin necesidad de haber ascendido el barranco de Fraus, pero era la vía más directa y en mi opinión más bonita posible. Tras un breve descenso y un pequeño encontronazo con unos perros que guardaban una pequeña y destartalada masía, llegué a la ermita.

Santa Magdalena de Mucoró (I)


Santa Magdalena de Mucoró (II)


Vista atrás a la Picossa


Santa Magdalena de Mucoró (III)


Santa Magdalena de Mucoró (IV)


Santa Magdalena de Mucoró (V)

Ahora tocaba volver a ascender hasta lo alto de la sierra de la Picossa para coronar Penya Roja. Parecía un contrasentido subir para bajar para volver a subir después, pero no había otra manera de hacerlo. La subida a Penya Roja la hice por un pequeño sendero, algo tortuoso y por terreno algo incómodo, pero me que llevó directamente a la cima. Bonitas vistas sobre la Sierra de Cavalls, Corbera de Ebre y montes de alrededor.

Panorámica de la Picossa y Penya Roja


Sierra de Caballs y Punta del Pebre (I)


Sierra de Caballs y Punta del Pebre (II)


Hacia Penya Roja


Penya Roja (I)


Corbera del Ebre


Penya Roja (II)


Penya Roja (III)


Penya Roja (IV)


La Picossa desde Penya Roja

Tocaba continuar, y ahora me tenía que encaminar por lo alto de la sierra y el cordal hasta llegar a la cresta de Les Cabres, una pequeña y sencilla cresta, que ya había hecho el año anterior. Lo de sencilla era lo que yo creía...

Hacia la cresta de Les Cabres (I)


Hacia la cresta de Les Cabres (II)


Vista atrás (I)

Comecé a andar por el filo de la cresta, por roca bastante buena. Eso si, en algunos tramos la arista es muy estrecha y afilada, pero sin peligro aparente. Algunos tramos se pueden bordear y pasar sin problema.

Hay un momento en el que no se puede ir por el filo, y hay que rodear una pequeña foradada. Al bordearla por la derecha, el bloque de los pies sobre el que estaba se fue para abajo. Lo único que recuerdo es que al segundo siguiente estaba agarrado no se como a una regleta (volé 1 metro o medio metro), con los pies colgado y una ostia impresionante en codo y rodilla. Salí como pude, pues no había donde apoyar pies. Subidón de adrenalina, y lo que es el instinto y las leyes paranormales, al de 1 minuto del incidente me llama mi madre, que haber que tal estaba. Evidentemente le dije que NO era el momento (ella no sabe nada). Estuve con tembleque durante 5 minutos hasta que pude continuar la excursión... que aún me quedaban unos cuantos kilómetros.

No se como conseguí girarme 90º para poder asirme a la regleta esa. La caída hubiera sido de unos 6-8 metros (a ojo de buen cubero), quizás no mortal, pero hubiera ido directo al hospital, con las dos piernas rotas, o empalado con alguno de los pinos que había abajo.

Cresta de Les Cabres (I)


Cresta de Les Cabres (II)


Cresta de Les Cabres (III)


Cresta de Les Cabres (IV)


Cresta de Les Cabres (V)


Cresta de Les Cabres (VI)


Cresta de Les Cabres (VII)

Tras el susto y tras salir de la cresta, enlacé por pista con el inicio del siguiente cordal, el que me llevaría a la Caixa y a la Punta del Aguilar. Este tramo es muy bonito, por una buena senda, a la sombra y sin ninguna pérdida, al menos hasta que se adentra uno en la Caixa y tiene que buscar la cima, sin camino ni referencia alguna, por un pequeño bosque de pinos un poco sucio pero sin llegar al zarzing. Desde la cima lo que más llama la atención es la enorme chimenea de refrigeración de la central nuclear de Ascó.

Hacia La Caixa


La Picossa (I)


Cresta de Les Cabres desde lejos (I)


Cresta de Les Cabres desde lejos (II)


La Picossa (II)


La Caixa (I)


Ascó (I)


Ascó (II)


La Caixa (II)

A partir de ahora comenzaba lo divertido y lo desconocido, llegar hasta la Punta del Aguilar. Al principio parece que hay camino, pero enseguida se da cuenta uno que está metido en una auténtica selva, sin camino ni senderos, y que ha de ir sorteando los obstáculos de la mejor manera posible. Es lo que hay. Subir, bajar, trepar un poco, destrepar otro poco, ladear, cruzar algún que otro zarzal, etc. Sin ser una cosa incomodísima, se hace muy pesado. Tras un largo periplo por este terreno llegué al gran collado que antecede al cordal de la Punta del Aguilar. Tiempo para hacer una pequeña parada y reponer fuerzas.

Mi idea inicial bajar hasta la base de la arista y remontarla hasta la cima, pero visto lo que me había pasado en Les Cabres, que estaba ya algo cansado y que aún me faltaba regresar, decidí atacar directamente la cima ladeando un poco hasta un evidente paso. La ladeada fue una autentica mierda. Sin camino, por terreno abrupto lleno de zarzas, una autentica mierda. Llegué a la cima y lo único que quería hacer era teletransportarme hasta Mora. Solo de pensar que tenía que regresar...

En la cima aproveché para comer y descansar ya que corría un vientecito muy agradable y se estaba muy a gusto.

La Picossa (III)


Hacia la Punta del Aguilar (I)


La Caixa (III)


Hacia la Punta del Aguilar (II)


Punta del Aguilar (I)


Pas de l'Ase


La Caixa y La Picossa


Punta del Aguilar (II)


Punta del Aguilar (III)


Punta del Aguilar (IV)

Tocaba regresar, y no fue fácil ni agradable. Cansado y con un calor de morirse, tuve que regresar casi hasta La Caixa de nuevo, deshaciendo el tortuoso camino que había tenido que hacer hasta la Punta del Aguilar. En una evidente carbonera pude coger un sendero que me llevaría por un bonito vallecito, entre bancales y márgenes, pasando y cruzando olivares y almendros hasta Sant Jeroni. Este tramo se me hizo eterno, pero pude hacerlo sin problemas.

Misión cumplida!

Valles perdidos


Almendros y olivos


Santa Madrona