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lunes, diciembre 26, 2005

San Lorenzo

Pues me hubiera gustado haberos puesto unas cuantas fotos de la ascensión de la semana pasada al monte San Lorenzo (La Rioja), un dosmil muy civilizado por culpa de una estación de sky (Valdezcaray), pero el día que nos hizo fue de esos que se dice "de perros". Fuí con mi amigo Richi y Josu (alias Cuarte). La cosa empezó en la propia estación a unos 1500 metros de altura, con un colacao caliente caliente para entonar el cuerpo por que hacia un frio de mil demonios...

Había niebla, no muy espesa pero que dificultaba la visibilidad y sobre todo que ya sabíamos que no ibamos a tener vistas desde la cima. Lo que más nos preocupaba era la llovizna que no cesaba. Teníamos la esperanza de que al coger cierta altura la lluvia cesase, o se convirtiera en nieve, mucho más llevadero. Empezamos ascendiendo por los bordes de las pistas y tomando de referencia los remontes. Cogimos altura rápidamente y cuando notamos que la nieve estaba dura dura y resbalaba, decidimos ponernos los crampones (esos pinchos que se ponen en las botas para poder andar por nieve helado y hielo). Llegado el momento nos salimos de las pistas y remontes y empezamos a ascender por la cara norte del monte, bastante empinada.

Ni que decir tiene que a estas alturas estabamos ya completamente empapados. Llega un momento que incluso a pesar de llevar buen material (botas de Gore-Tex, chubasquero de Gore-tex, polainas, mallas térmicas, guantes extreme, etc) la lluvia acaba entrando por todos los lados.

La pala de nieve-hielo no nos dió tregua y se puso tan empinada que tuvimos que sacar los dos piolets para poder progresar. A medida que nos fuimos acercando a la cima el viento empezó a hacer acto de presencia. Si ya estabamos mojados y con frío, el viento acentuó la sensación térmica (yo calculo que sería de unos 5-10 grados bajos cero). El viento era intenso, y el frio aún lo era más. El viento también dificultó la comunicación entre nosotros. Las palabras se las llevaba el viento (risas).

Pero aún la cosa se complicó más. La lluvia convinada con el frio había creado capas de hielo cristal de formas botroidales, que hacía muy dificultosa la ascensión, ya que los crampones resbalaban y no se clavaban en el hielo como es debido. Me tropecé un par de veces.

Llegamos a la cima y nos reguardamos detras del enorme vértice geodésico, donde el viento no azotaba. Me puse a hablar con Richi, que llegó el primero, mientras esperabamos a Josu, que iba un poco más atrasado por que llevaba más peso en la mochila. Mi mandibula no respondía. Tenía los músculos de la cara totalmente agarrotados por el frio y el viento. Era como si estuviera borracho, me "resbalaba la lengua", era muy gracioso. Cuando llegó Josu, nos fuimos a un pequeño refugio que está al lado de la cima. Dos personas, de Zeberio, estaban dentro. Esquiadores de travesía. Un poco de charla y para abajo.

En el refugio, que eran cuatro parades de hojalata y un techo bastante precario, me pude dar cuenta que mis pantalones estaban congelados. Literalmente. Una fina capa de hielo duro duro cubría mi pantalón de tejido cordura. Una pasada. Pero no solo eso. Las cinchas y correas de crampones, piolets y mochila estaban completamente duras y congeladas. Repito, una pasada.

Decidimos bajar hacia el coche lo antes posible. Cuando llegamos abajo, ya al borde de la hipotermia, fue una alivio momentaneo. La experiencia de ponerse en pelotas a unos 3 grados, lloviendo, a 1500 metros de altura para cambiarse de ropa no se la deseo a nadie. Era casi incapaz de mover las manos. Me quité los calcetines y los escurrí. El agua que cayó hizo tanto ruido que Richi me preguntó que había sido eso. Le dije que mis calcetines. Unos segundos después, yo oí el mismo ruido, y sin yo preguntar, Richi me dijo "eso ha sido mi calzoncillo". Para que os hagais una idea.

En cuanto nos cambiamos nos fuimos al bar a comernos un pincho de tortilla y a meternos en el cuerpo un colacao (el segundo de la mañana) bien caliente para entrar en calor. Cima conseguida. Kepa nene feliz.

Al día siguiente me fuí al monte con los del foro de Mendiak.net. Tengo el veneno metido en el cuerpo y no veo manera de sacarlo. Soy un yonki de la montaña. No hay fotos me temo, no pude sacar la cámara de fotos, se hubiera congelado.



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4 Tus Comentarios:

At 26/12/05 8:40 p. m., Blogger chin said...

Admiro la pasión por la montaña debido a algunos amigos que no me la contagiaron. No hay taxis y está llena de bichos. Soy urbanita, lo siento pero transmiten bien tu adicción.
Un saludo

PD: He llegado casualmente a través del blog de un ilustrador que te tiene linkado. Uno de Bilbao.

 
At 26/12/05 9:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya aventura.. :-O

Si es que la montaña es como el chocolate XD.

 
At 27/12/05 6:38 a. m., Blogger matkow said...

Jolin Kepa.. si es que.. vale que lo tienes metido en la sangre.. pero tu estas loco!! Lo estaba leyendo y pensaba.. no puede ser.. no puede ser.. ais.. que vamos a hacer contigo!! un besazo y cuidate, eh?

 
At 27/12/05 3:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me Encanta tu ''locura''.
Se echan de menos las fotos pero a cambio has dejado un montón de narrativa. Compensa.

Un beso que te guarezca de tus peligros :)

 

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