Aratz

Esta semana ha sido un tanto caótica. Un amigo ha regresado por reyes desde Mallorca y hoy mismo vuelve para la isla, por lo que he dedicado el poco tiempo libre que tengo a mi vida social, y mi actividad cibernética se ha reducido a la mínima expresión.

Os presento unas fotos que hice hace un par de semanas cuando fui con unos amigos al monte Aratz, frontera entre Álava y Guipuzkoa, un monte de mil cuatrocientos metros muy bonito. Coincidió además que hacía una semana había nevado y aún quedaba algo. Como siempre lo mejor la compañía, ya sé que lo digo siempre y me repito mucho, pero es la verdad.

La ascensión comienza en Araia, un pueblecito de Álava y la marcha transcurrió al principio entre bosques autóctonos de hayas, encinas y robles, ganando altura rapidamente y prestando mucho atención por que debajo de la hojarasca había hielo y resbalaba. Más cuidado aún cuando llegamos a la zona de rocas, con el hielo incrustado, y que a ratos parecía una pista de patinaje. Tras un buen rato de caminata llegamos a un claro con unas chavolas, donde paramos un rato para hacer una pausa gastronómica.

A partir de aqui la cosa se ponía un poco más empinada, atravesando paredes de piedra, hielo, nieve y las siempre incómodas pedreras. Fue una ascensión bonita, teniendo siempre a nuestra izquierda como testigo el monte Aitzkorri y las campas de Urbía. Llegamos a una antecima desde la que ya se veía el vertice geodésico del monte Aratz, apenas 10 minutos más de caminata. La cima estaba con nieve y hielo, y mis compañeros decidieron ir por las rampas heladas. Sin embargo, pude ver como la cresta que une la antecima y la cima estaba despejada de hielo y nieve y decidí aventurarme por ella. De todos es sabido mi afición a la verticalidad... es una droga, es más fuerte que yo. La verdad es que la cresta era sencilla y ancha y sin peligro especial, aunque el peligro siémpre está presente.

Llegamos a la cima, nos hicimos las fotos de costumbre y disfrutamos de los paisajes de alrededor. Un día despejado con algo de bruma. Era incluso posible observar las nevadas cumbres del Pirineo. Delicioso. Y como todo lo bueno se tiene que acabar, aún nos quedaba descender, pero esta vez por otros parajes hasta confluir con el camino de regreso.

Aqui podeis ver algunas de las fotos. Espero que os gusten.

Aratz (I)	Aratz (II)
Torre Medieval (I)	Camino en el bosque (I)
Camino en el bosque (II)	Monte Aitzkorri (I)
Monte Aitzkorri (II)	Hacia la cima
Ascendiendo (I)	Ascendiendo (II)
Ascendiendo (III)	Desde la antecima (I)
Desde la antecima (II)	Cresta (I)
Cresta (II)	Monte Aitzkorri (III)
Monte Txindoki y Aralar	Monte Beriain, Pirineos al fondo
Torre Medieval (II)	Foto de Grupo
Comienza el descenso	Descendiendo
Vista atrás	Huellas
Maraña de ramas	Vista arriba

Tres de las fotos no son mias, se las he cogido prestadas a Joseba