Pico Lioviella (2334 m)

Tras dormir como un bebé y pasar una noche increíble en el valle de los Sarrios, me desperté muy pronto, recogí el saco, etc., metí lo justo en la mochila, escondí el resto, y me puse a caminar en dirección al Pico Lioviella, una tachuelita que me quitaría la espinita de hacer cima pero que además me dio una grandísima sorpresa.

Prácticamente de noche y con los primeros resplandores del amanecer fui ascendiendo las empinadas laderas del Pico Lioviella, bajo cuyas faldas había dormido. Es una ascensión fácil, aunque muy empinada y por una pedrera bastante puñetera, ya que el terreno está muy descompuesto. Tras la fuerte ladera, llegué a un collado y solo tuve que crestear hasta la ancha cima. Bajo mis pies, el valle de los Sarrios.

Aún no había salido el sol, así que me senté y esperé a que terminara de amanecer. El sol comenzó a salir justo al lado del Midi. Incomparable, increíble, alucinante, precioso.... no se como calificarlo. Brutal.

Luna


Aún de noche (I)


Aún de noche (II)


Aún de noche (III)


Amanecer (I)


Amanecer (II)


Amanecer (III)


Amanecer (IV)


Amanecer (V)


Amanecer (VI)


Amanecer (VII)


Amanecer (VIII)


Amanecer (IX)


Amanecer (X)


Amanecer (XI)


Amanecer (XII)


Amanecer (XIII)


Amanecer (XIV)


Amanecer (XV)


Amanecer (XVI)


Amanecer (XVII)


Valle de los Sarrios (I)


Ibón Estanés (I)


Amanecer (XVIII)

Tras ver amanecer, descendí a donde había vivaqueado y me hice un té para desayunar con unas galletas. La temperatura era estupenda, y disfruté del desayuno.

Regreso a desayunar


Pico Lioviella


Sarrios (I)


Sarrios (II)


Desayunando

Tras el ágape, recogí todo y me puse a caminar en dirección al ibón Estanés. Desandé el valle de los Sarrios, que precisamente estaba lleno de Sarrios que se sorprendieron al verme. A parte de mi no había ni un alma.

Por el Valle de los Sarrios (I)


Por el Valle de los Sarrios (II)


Por el Valle de los Sarrios (III)


Por el Valle de los Sarrios (IV)


Por el Valle de los Sarrios (V)

Poco a poco fui descendiendo por el GR11 hacia el ibón Estanés. La verdad es que me sorprendió lo grande que era. Siempre lo había visto desde muy arriba y muy lejos y no pensaba que fuera así de grande. Lo bordeé por la derecha. También me sorprendió las vistas desde el ibón de todos los Secús. Es una sierra que se me ha antojado, y más pronto que tarde la recorreré.

Hacia el Ibón Estanés (I)


Hacia el Ibón Estanés (II)


Hacia el Ibón Estanés (III)


Cúpula de Secús


Ibón Estanés (II)


Sierra de Secús (I)


Portaza


Ibón Estanés (III)


Ibón Estanés (IV)


Ibón Estanés (V)


Ibón Estanés (VI)

Empezaba a apretar el calor y aún me quedaba llegar a Candanchú. Retomé el GR11 y me fui acercando a Candanchú, a ratos por campo abierto y a ratos y por suerte para mi a través de zonas boscosas. Tras una buena caminata llegué a una zona conocida, el paso del Aspe.

Del paso de Aspe a Candanchú se me hizo eterno. Hacía una calor de mil demonios y estaba justo de agua, y precisamente ese tramo del GR11 no es especialmente cómodo. Pero por fin llegué al coche. Me cambié de ropa, me hice un litro de Isostar fresquito, y mientras me lo bebía llegó una pareja joven en bicicleta que tenían la furgoneta aparcada en Candanchú. No debieron de verme, por que ella se puso a mear justo delante mío, se despelotó y se cambió como si nada. Bonitas vistas....

De regreso (I)


De regreso (II)


Vista atrás


De regreso (III)


Paso del Aspe (I)


De regreso (IV)


De regreso (V)


De regreso (VI)


De regreso (VII)


De regreso (VIII)


De regreso (IX)


Paso del Aspe (II)


Vista atrás (II)


Vista atrás (III)


Llegando a Candanchú