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lunes, diciembre 27, 2010

Pompeya



Hace unos meses nos tocó ir a trabajar a Pompeya. Mandamos los equipos por courier hasta el hotel, y nosotros fuimos en avión hasta Nápoles vía Munich, o esa era la idea, por que al llegar a Munich nos dijeron que por culpa de las cenizas del famoso volcán islandés el aeropuerto estaba cerrado.

De repente se desató el caos. Gente por todos lados, gente buscando la maletas, gente tirada por el suelo. Las máquinas de bebidas se agotaron. El caos. Nosotros tardamos 6 horas en recuperar las maletas. Ahí no se aclaraba nadie, nadie sabía nada. Nosotros íbamos con el tiempo justo, 5 días de trabajo, y ya estaba claro que un día íbamos a perder, pero nadie nos garantizaba que al día siguiente salieran los aviones y mucho menos que nosotros viajaríamos en alguno de ellos.

Había que tomar un decisión rápida sobre lo que hacer. Finalmente decidimos alquilar un coche y hacernos más de mil kilómetros para llegar a Nápoles. La chica que nos atendió se portó de puta madre con nosotros, nos dio todos los extras gratis o casi gratis (GPS, segundo conductor, seguro a todo riesgo), con la única condición de que teníamos que devolver el coche en Munich el sábado siguiente. El viaje fue una auténtica paliza, del tirón, viajando de noche y haciendo turnos de conducción de 3 horas cada uno. Pero finalmente llegamos.


Salimos hacia Munich (I)


Salimos hacia Munich (II)


Caos en Munich (I)


Caos en Munich (II)


Caos en Munich (III)


Caos en Munich (IV)


Caos en Munich (V)


Amanece en Ferrara

Al llegar al hotel casi a la hora de comer, decidimos reponer fuerzas, comer un poco y echarnos una siesta. Estaba claro que ese día ya no trabajaríamos. Desde el hotel las vistas sobre la contaminadísima bahía de Nápoles con el Vesubio al fondo eran magníficas. Ironías del destino, el Vesubio destruyó Pompeya, 2000 años después otro volcán casi nos destruye a nosotros jejeje.


Vesubio desde el hotel


Reliquia


Nápoles desde el hotel


Atardecer (I)


Atardecer (II)


Atardecer (III)


Atardecer (IV)

Al día siguiente ya no nos librábamos, y tuvimos que ir a trabajar. En Pompeya nos estaban esperando los finlandeses y nos ayudaron a trasladar los equipos hasta la casa donde trabajaríamos. Fueron 4 días intensos de muchísimo trabajo. Comíamos dentro para no perder tiempo y poder recuperar ese día que habíamos perdido por culpa del volcán islandés. En la casa donde estábamos, Picasso se hizo una foto sentado junto a una fuente. Yo no pude resistirme a hacerme una junto a nuestro colega finlandés y jefe de excavación.


Trabajando (I)


Trabajando (II)


Trabajando (III)


Trabajando (IV)


Trabajando (V)


Trabajando (VI)


Emulando a Picasso


Trabajando (VII)


Trabajando (VIII)


Trabajando (IX)


Trabajando (X)


Trabajando (XI)


Trabajando (XII)


Trabajando (XIII)


Trabajando (XIV)

Apenas tuvimos tiempo de ver el resto de la ciudad que es enorme. Únicamente cuando salíamos y entrábamos hacia el lugar de trabajo nos entreteníamos para sacar alguna que otra foto y poder ver algo. De hecho, casi nos vimos nada de nada, ni mucho menos los edificios más emblemáticos (circo, teatro, etc). Me sorprendió la cantidad de tabernas y prostíbulos que había, señal de que la ciudad era muy próspera.


Pompeya (I)


Pompeya (II)


Pompeya (III)


Pompeya (IV)


Pompeya (V)


Pompeya (VI)


Pompeya (VII)


Pompeya (VIII)


Pompeya (IX)


Pompeya (X)


Pompeya (XI)


Pompeya (XII)


Pompeya (XIII)


Pompeya (XIV)


Pompeya (XV)


Pompeya (XVI)


Pompeya (XVII)


Pompeya (XVIII)

También nos tocó trabajar en el Museo de Nápoles. Como ya he dicho en alguna ocasión, esa ciudad es un auténtico caos.


Caos en Nápoles (I)


Caos en Nápoles (II)


Caos en Nápoles (III)


Nápoles (I)


Nápoles (II)


Nápoles (III)


Gastronomía


Carabinieris


Nápoles (IV)


Nápoles (V)


Nápoles (VI)


Nápoles (VII)


Nápoles (VIII)


Nápoles (IX)


Nápoles (X)


Nápoles (XI)


Nápoles (XII)


Nápoles (XIII)


Nápoles (XIV)


Nápoles (XV)


Nápoles (XVI)


Nápoles (XVII)


Nápoles (XVIII)

Como decía más arriba, teníamos que devolver el coche de nuevo en Munich, así que nos tocó de nuevo pegarnos la panzada de kilómetros, pero esta vez lo dividimos en dos trozos, durmiendo en Bolonía, más o menos a mitad de camino. Pudimos llegar a Bilbao sin problemas. Yo, antes de coger el avión en Munich, me di un homenaje birrero...


De regreso (I)


De regreso (II)


De regreso (III)


De regreso (IV)


De regreso (V)


De regreso (VI)


Llegando a Munich


Lo celebramos

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1 Tus Comentarios:

At 27/12/10 9:13 a. m., Blogger Unknown said...

No te lo puedo negar Kepa, das cierta, por no decir mucha envidia.
En dos ocasiones he estado por allí pero como tu por trabajo y poco pude ver.
Creo que es una región que da mucho de si a pesar del caos circulatorio

Hala!!, tu sigue desempolvando más repors de estos.

 

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