Cresta de los 15 Gendarmes al Alba

Tal y como habíamos calculado con las previsiones, el día era espectacular, ni una nube, nada de viento. Madrugón al canto y a coger los cacharros de escalada, la cuerda, el casco, y un largo etc que mi espalda sufrió amargamente.

Salimos del ibonet ya en cuesta arriba, para calentar motores, por la consabida pedrera horrorosa y empinada que no veas. La brecha d'Alba estaba ahí, al ladito, pero madre mía lo que costó llegar. Las primeras vistas desde la brecha son brutales.

Amanece


Acceso a la Brecha d'Alba (I)


Acceso a la Brecha d'Alba (II)


Panorámica desde la brecha

Comimos algo, nos calzamos los cacharros, nos calentamos la manos por que era prontísimo aún y el sol no terminaba de calentar a pesar de ser pleno agosto, y empezamos a trepar. Las primeras trepadas son fáciles, de toma de contacto. Ya de entrada te das cuenta que todo aquello no va a ser nada sencillo. El terreno, roto, como todos esos sitios. En cuanto coges un poco de altura y aparece todo ese crestón, lo único que te viene a la cabeza es "¿que cojones hago yo aquí?".

Según el amigo Miquel Capdevila, alias "el rapidillo", la cuerda solo hay que sacarla en el famoso paso de cuarto. Una mierda. Aquello está más roto que las ruinas del coliseo romano. La cresta de los 15 gendarmes al Alba es junto a la Salenques-Tempestades de las más difíciles del Valle de Benasque. Total, que sacamos la cuerda...

(NOTA: Siento la baja calidad de las fotos, pero la ruta es de mucho compromiso y dejé la cámara buena en la mochila. Para documentar la ruta llevé la super compacta de mi madre, que es buena en las distancias cortas pero que en los grandes espacios deja bastante que desear. Tampoco hay muchas fotos, la ruta es lo suficientemente seria como para andar haciendo el indio más de la cuenta).

Comenzamos helados de frío


Primeras trepadas (I)


Primeras trepadas (II)


Sacamos la cuerda


Lo que nos queda aún


Primer gendarme


Vira (I)


Vira (II)

Tras una vira por la derecha con un patinazo que alucinas, le dimos al largo más bonito de todos, donde tanto Pablo como yo la gozamos. De aquí en adelante me es complicado detallar la cresta, sobre todo por que es larguísima. Se trata de un terreno de gran aventura donde la experiencia es muy necesaria para buscar el lado fácil y no equivocarse. Es una cresta de mucho compromiso, sin escapes, salvo un par de ellos, e incluso los escapes son de gran compromiso. Trepar, destrepar, terreno roto, a veces muy roto, donde el más mínimo despiste te puede dar un gran susto. Todo el rato con cuerda, pasamos de "el rapidillo"...

Poco a poco se van dejando los gendarmes detrás hasta llegar al único rapel obligado de la cresta. De todos es sabido que yo odio rapelar. A otros les encanta, pero creo que lo dicen solo por que han rapelado de químicos o parabolts en escuela de escalada. Puto rapel. Cuatro cordinos duros como el alambre, un par de clavos roñosos (uno se movía). ¿Como me va a gustar rapelar de ahí?. Y patio....

Vista atrás (I)


Nueva trepada


El largo más bonito


Que lejos está el final


Mucho ambiente


Otro gendarme


Todo roto (I)


Continuamos


Todo roto (II)


No hemos hecho ni la mitad


Vista atrás (II)


Fisurita


Todo rota (III)

Tocaba parar para descansar, comer algo y consultar el libro. Pablo se estaba comiendo de primero toda la cresta, yo le acompañaba, el mérito es todo suyo. Nos acercábamos al paso de IV y teníamos que tener las cosas claras.

Al de poco llegamos al paso de IV. Joder con el paso. Primero hay que alcanzar una chimenea, pero esa no es. Si empiezas a subir por ella la cagas. De la misma hay que traspasar un pilar en plan abrazo de "amigos del alma" y meterse a un diedro. Ese es el diedro donde está el paso de IV. El que va de primero suda tinta china, y no solo para entrar al diedro, que ya de por si es que te cagas, sino que en mitad del diedro, en el paso clave, hay un bloque, al que te tienes que agarrar y después encaramarte, que se mueve. Yo flipé, y eso que iba de segundo. La verdad es que se puede proteger bien con friends, pero.... Del patiazo que tiene ese paso mejor no os hablo.

Cuando llegué a donde estaba Pablo le aplaudí hasta con las orejas. Menudo curro que se había pegado!!!!

A partir de aquí la cosa mejora mucho, pero eso no quiere decir que ya no queden pasos chungos ni zonas "entretenidas", ni destrepes a la aventura. Estábamos hasta el navidul de pasar miedo y con unas ganas de terminar que no veas. Estaba más o menos claro que no íbamos a llegar al Pico d'Alba, pero ya nos daba igual. De los días anteriores ya habíamos visto un escape, él único verdaderamente claro y sin peligro de toda la cresta. Estábamos cerca. Se dio la circunstancia que ese escape estaba justo al lado del G2, punto donde decidimos dejarlo tras hacer cumbre en el G2.

Habíamos hecho toda la cresta, al menos la zona de cuerda y escalada. Lo que queda del G2 en adelante era ya montaña, andar. Vamos, que no nos importó dejarlo ahí. Y aún faltaba bajar.... estábamos reventados. Lo cierto es que la cresta no empieza en la Brecha d'Alba, sino mucho más atrás, pero la gente la empieza ahí...sin más, una reflexión en voz alta.

Estudiando el croquis


Por ahí


El largo de cuarto


Vista atrás (III)


Y lo que queda aún


Nuevo largo


Nuevo gendarme (I)


Nuevo gendarme (II)


Vista atrás (IV)


Este gendarme no hicimos


Subimos al G2


Panorámica desde el G2


Los ibones de Alba


Estos los dejamos sin hacer

Bajamos por la pedrera. Ya vimos que por ahí había bajado más gente. Lo cierto es que se nos hizo más corto de lo que imaginábamos, por suerte para nosotros.

Bajamos al collado


Reventados


Le Bondidier desde el collado


Canal de escape (I)


Canal de escape (II)


Canal de escape (III)


Otra vez la pedrera


Un vistazo a la cresta (I)


Un vistazo a la cresta (II)

Llegamos a la tienda, hambrientos y sedientos, así que a pesar del cansancio hubo que preparar la cena. Eso si, de la misma al saco. Me dolían hasta las pestañas...

Anochecer (I)


Anochecer (II)


Anochecer (III)


Anochecer (IV)


Anochecer (V)