Muela de Urbión (2228 m)

Para amenizar la lectura:


Clásico entre los clásicos, la Muela de Urbión es uno de los montes más famosos de la Península Ibérica, aunque solo sea por que sale en los libros de texto como lugar de nacimiento del río Duero, uno de los más largos y caudalosos de España.

La ruta elegida en este caso para su ascensión es la no menos clásica subida desde la Laguna Negra, paraje singular y de gran belleza. Conviene ir pronto para evitar aglomeraciones. Tras visitar la laguna, cogimos un sendero que parte a su izquierda y que en poco pero empinado espacio remonta los paredones que encierran a la laguna.

Hacia la Laguna Negra	Laguna Negra (I)
Paredones	Remontando
Laguna Negra (II)	Laguna Negra (III)

Tras superar estas paredes, apareció ante nosotros un gran páramo de argoma y lagunas secas, que cruzamos sin mucha dilación hasta un collado que ya se divisaba a lo lejos y que es el camino natural hacia la Muela de Urbión.

Una vez en el collado, apareció ante nosotros, altivo y desafiante, una gran formación rocosa y que es en realidad lo que se conoce como La Muela, La Muela de Urbión.

Hacia él encaminamos nuestros pasos, no sin antes pasar junto a la laguna larga, la última si se sube por donde subimos nosotros. En este lugar hay multitud de lagunas, que aparecen y desaparecen al capricho de las nieves y las lluvias. En primavera tiene que ser un auténtico espectáculo.

Llanura (I)	Llanura (II)
Llanura (III)	Panorámica desde el collado
Muela de Urbión (I)	Vista atrás (I)
Laguna Larga (I)	Muela de Urbión (II)

Tras tomar un evidente camino-sendero, ascendimos en moderada pendiente hacia el siguiente collado, el último, que antecede a la subida a la Muela. Este collado es una encrucijada de caminos donde confluyen varias de las ascensiones a la Muela, y desde el que se puede acceder igualmente al nacedero del río Duero. Nosotros optamos por hacer cima. Una breve trepadita, sencilla y sin peligro nos llevó a la concurridísima cima, beuna prueba de la fama de esta montaña, y del buen día que hacía.

Vista atrás (II)	Hacia la Muela de Urbión
Muela de Urbión (III)	Ventana
Vista atrás (III)	Laguna Larga (II)
Cima de la Muela de Urbión	En la cima de la Muela de Urbión

Repusimos líquido, picoteamos algo de comida y Yolanda, Ángel, Virginia y yo decidimos continuar la excursión continuando por todo el cordal hasta el monte Muñalba, el tercero más alto de la provincia de Burgos.

Descendimos con cuidado de la Muela de Urbión y nos dirigimos primero a Peñas Claras, bordeando un pequeño circo que forma el Urbión hacia el norte. Cada vez que girabamos la cabeza para mirar atrás, la Muela estaba ahí presente en todo momento.

Circo de Urbión	Valles
Formas curiosas (I)	Abandonamos la Muela de Urbión
Peñas Claras (I)	Peñas Claras (II)
Formas curiosas (II)	Circo de Urbión (II)
Circo de Urbión (III)	Muela de Urbión (IV)

Continuamos por el cordal cimero poniendo como objetivo el Tres Provincias (decir, que hay en España varios montes con esta denominación, y que en este caso se trataban de Burgos, Soria y La Rioja). Foto en el Tres Provincias, disfrutar brevemente de las vistas y vuelta a ponernos en marcha para alcanzar con garantías el monte Muñalba. Andábamos con prisa, ya que aún nos faltaba mucho camino para llegar al lugar donde nos esperaría el autobús del club de montaña.

Cuando llegamos al Muñalba ya estabamos bastante cansados, pero contentos y sobre todo muy satisfechos por el camino recorrido y lo bonitoq eu resultaba todo el paraje. En este monte decidimos con buen criterio, tomarnos und escanso, comer en condiciones e incluso echarnos una pequeña siesta.

Hacia Tres Provincias	Vista atrás (IV)
Desde Tres Provincias	Cima de Tres Provincias
Hacia Muñalba (I)	Vista atrás (V)
Hacia Muñalba (II)	Hacia Muñalba (III)
Hacia Muñalba (IV)	Hacia Muñalba (V)
Lagunas de Muñalba	Cima del Muñalba

Tras descansar, emprendimos de nuevo la marcha con cierta prisa para poder llegar a tiempo. Descendimos por las lomas del Muñalba para posteriormente introducirnos en un bonito pinar, limpio y muy agradable de recorrer. Tras andar por un rato algo perdidos, encontramos fácilmente el camino que nos llevaría al punto de recogida.

Tras pasar por varias curiosas formaciones de piedra (la Ciudad encantada, así se llamaba el lugar), apareció en un recodo del camino una cascadita de lo más bonita. A pesar de que era octubre, el buen tiempo y la sudada que tenía encima me dispusieron fácilmente para que no pudiera resistirme a darme un baño como a mi me gusta, "al natural". Dios, que buena estaba el agua...

Tras abandonarme a semejante placer mundano, volvimos a emprender nuestro camino hasta el lugar de recogida. Para nuestra sorpresa, el autobús no estaba, se había ido. Por culpa de un malentendido, el autobús salió antes y nos obligó a continuar a pie hasta el pueblo, atravesando un bonito pinar. A pesar de que estábamos los cuatro muy cansados, no nos importó demasiado, ya que el camino merecía la pena.

Muela de Urbión (V)	Avandonamos Muñalba
Bosque (I)	Bosque (II)
Bosque (III)	Cascada
Bosque (IV)