Soum de Ramond o Pico Añisclo (3254 m)

Tras disfrutar del impresionante amanecer, recogí la cámara y el trípode, me puse la mochila y comencé a andar en dirección al Soum de Ramond. Descendí de la Punta de las Olas, recorrí el amplísimo collado y me metí de lleno la pedrera de esa ladera del Soum de Ramond. Este tramo es muy incómodo. Apenas hay senda, la piedra está muy suelta y hay bastante pendiente.

Hacia el Pico Añisclo (I)


Hacia el Pico Añisclo (II)


Hacia el Pico Añisclo (III)


Hacia el Pico Añisclo (IV)


Vista atrás a la Punta de las Olas


Hacia el Pico Añisclo (V)


Hacia el Pico Añisclo (VI)

Aún con las luces naranjas del amanecer llegué al collado superior tras zamparme todo el cuestorro. A mi derecha el Monte Perdido. A mi izquierda la pequeña arista que antecede a la cima del Soum de Ramond. Delante mío Ordesa. Y por todas partes un viento endemoniado y helador. Así que para no quedarme tieso como una estaca me dirigí presto hasta la cima. Brutal. Saqué las fotos de rigor, disfruté brevemente de las vistas y me largué de ahí cagando leches.

Monte Perdido desde el collado


Cresta cimera


Panorámica desde la cima


Cañón de Ordesa


Cañón de Añisclo


Punta de las Escaleras (I)


Taillon


Monte Perdido (I)


Foto de cima

Volví al collado superior por la arista, bajé la pedrera y crucé de nuevo toda la planicie para regresar a la Punta de las Olas y de aquí al vivac. Mi idea original era haber subido Baudrimones y la Espalda de Esparrets, pero teniendo en cuenta lo que había tardado en subir hasta ahí, y lo largo que era el cañón de Añisclo, y que luego tenía que volver hasta Bilbao, decidí, creo que con buen criterio, dejarlos para otro día.

Volvemos a la Punta de las Olas (I)


Ibones


Baudrimont


Otro Baudrimont


Volvemos a la Punta de las Olas (II)


Volvemos a la Punta de las Olas (III)


Volvemos a la Punta de las Olas (IV)


Volvemos a la Punta de las Olas (V)


Volvemos a la Punta de las Olas (VI)


Recojo todo el vivac

En su lugar, cambié la ruta de bajada. EN vez de volver a Fuenblanca por el collado de Añisclo, decidí volver por el collado de Arrablo. Así que recogí todo lo del vivac y bajé al GR11 por la normal de la Punta de las Olas.

Una vez alcanzado el GR11, giré hacia la derecha buscando la bajada hasta Arrablo. Este tramo se me hizo largo, pero mereció la pena. Mientras bajaba al collado pude contemplar los paredones y contrafuertes de la Punta de las Olas, Añisclo, Monte Perdido, Torre de Goriz, la Punta de las Escaleras...Una pasada. Te sientes como una puñetera hormiga, enano e insignificante

Collado de Arrablo a lo lejos


Hacia Arrablo (I)


Vista atrás al vivac


Punta de las Escaleras (II)


Torre de Goriz o de Arrablo (I)


Collado de Añisclo mientras bajo (I)


Collado de Añisclo mientras bajo (II)


Hacia Arrablo (II)


Paredones de la Punta de las Olas y Añisclo


Hacia Arrablo (III)


Paredones de Añisclo (I)


Paredones de la Punta de las Olas


Hacia Arrablo (IV)


Hacia Arrablo (V)


Hacia Arrablo (VI)


Vista atrás a la Punta de las Olas (II)


Paredones de Añisclo (II)


Hacia Arrablo (VII)


Torre de Goriz (II)


Paredones de Añisclo (III)


Vista atrás a la Punta de las Olas (III)


Torre de Goriz (III)


Monte Perdido desde abajo


Hacia Arrablo (VIII)


Collado de Arrablo


Taillon, Casco y Torre de Marboré


Panorámica desde el collado de Arrablo


Añisclo, Torre de Goriz y Monte Perdido

Tras disfrutar de las vistas desde el Collado de Arrablo, seguí por la variante del GR11 que baja a la Fuenblanca. La bajada transcurre en terrazas, siguiendo los cauces de algunas torrenteras y buscando los pasos más sencillos, algunos de los cuales tienen tema, aunque en general son sencillos. Al final, el camino se precipita en fuerte pendiente hasta la Fuenblanca. En este tramo del camino también pude maravillarme con los paredones de la Punta de las Olas y el Añisclo.

Bajando a la Fuenblanca (I)


Bajando a la Fuenblanca (II)


Bajando a la Fuenblanca (III)


Bajando a la Fuenblanca (IV)


Bajando a la Fuenblanca (V)


Bajando a la Fuenblanca (VI)


Bajando a la Fuenblanca (VII)


Bajando a la Fuenblanca (VIII)


Bajando a la Fuenblanca (IX)


Bajando a la Fuenblanca (X)


Bajando a la Fuenblanca (XI)


Bajando a la Fuenblanca (XII)


Bajando a la Fuenblanca (XIII)


Bajando a la Fuenblanca (XIV)


Bajando a la Fuenblanca (XV)


Bajando a la Fuenblanca (XVI)


Bajando a la Fuenblanca (XVII)


Bajando a la Fuenblanca (XVIII)


Bajando a la Fuenblanca (XIX)


Bajando a la Fuenblanca (XX)


Bajando a la Fuenblanca (XXI)

Llegué a la Fuenblanca bastante machacado por la bajada, así que paré a descansar y reponer agua, que ya apenas me quedaba. Solo pensaba en lo que me faltaba por llegar. Así que decidí dejar de pensar jejejeje.

Fuenblanca (I)


Fuenblanca (II)


Fuenblanca (III)

Comencé de nuevo a andar recorriendo primero la larga planicie de la Fuenblanca, para meterme de lleno en el angosto cañón de Añisclo. Decidí tomármelo con calma y disfrutar de la belleza del cañón, su frondoso hayedo, sus aguas cristalinas y sus inmensas paredes. Mi primer objetivo era llegar a la Ripareta.

Bajamos a la Ripareta (I)


Bajamos a la Ripareta (II)


Bajamos a la Ripareta (III)


Bajamos a la Ripareta (IV)


Bajamos a la Ripareta (V)


Bajamos a la Ripareta (VI)


Bajamos a la Ripareta (VII)


Bajamos a la Ripareta (VIII)


Bajamos a la Ripareta (IX)


Bajamos a la Ripareta (X)


Bajamos a la Ripareta (XI)


Bajamos a la Ripareta (XII)


Bajamos a la Ripareta (XIII)


Bajamos a la Ripareta (XIV)


Bajamos a la Ripareta (XV)


Bajamos a la Ripareta (XVI)


La Ripareta

Llegué a la Ripareta, donde decidí hacer un alto en el camino para comerme el bocadillo, descansar las rodillas y tomar un poco de aire. A partir de aquí el camino se hacía más cómodo, descendiendo poco a poco y protegido casi todo el tiempo por la sombra que me proporcionaban los árboles.

Primero llegué a la Selva plana. De la Selva Plana bajé un buen tramo hasta llegar a la fuente de Cumaz, donde volví a hacer un alto en el camino para refrescarme y descansar. El día anterior había subido de San Úrbez a Cumaz en completa oscuridad, así que podría decirse que lo que me quedaba de camino era totalmente desconocido para mi. Reconozco que este último tramo se me hizo eterno. Pero eterno de verdad. No veía el momento de llegar a San Úrbez. Pero por fin llegué.

Tras echarle un vistazo a la ermita, continué mi camino hacia el famoso y conocido puente de piedra. Tras atravesar el puente llegué a la carretera, y en apenas 100 metros llegué al coche. Estaba muerto, y aún me quedaba regresar hasta Bilbao...

UN FIN DE SEMANA BRUTAL!!!!

Bajamos a San Úrbez (I)


Bajamos a San Úrbez (II)


Bajamos a San Úrbez (III)


Bajamos a San Úrbez (IV)


Bajamos a San Úrbez (V)


Bajamos a San Úrbez (VI)


Bajamos a San Úrbez (VII)


Bajamos a San Úrbez (VIII)


Fuente


Bajamos a San Úrbez (IX)


Bajamos a San Úrbez (X)


Bajamos a San Úrbez (XI)


Bajamos a San Úrbez (XII)


Bajamos a San Úrbez (XIII)


Bajamos a San Úrbez (XIV)


Bajamos a San Úrbez (XV)


Bajamos a San Úrbez (XVI)


Bajamos a San Úrbez (XVII)


Bajamos a San Úrbez (XVIII)


Bajamos a San Úrbez (XIX)


San Úrbez


Puente antiguo (I)


Puente antiguo (II)


Cartel