Paso a relataros lo que aconteció el tercer y cuarto día de las vacaciones de verano, aún en compañía de Pablo "Porma". Tras dejar la zona de Jaca, nos acercamos a Sallent de Gállego con idea de ir a la zona de los ibones de Arriel e intentar la Frondiella occidental por la arista Robach, una arista poco frecuentada y con escasas referencias bibliográficas.
Salimos a la tarde del lunes desde el embalse de La Sarra tomando la GR11 en dirección al refugio de Respomuso. Tras pasar el paso del Onso y el llano Cheto, disfrutando de la garganta de Aguas Limpias, tomamos el desvío a los Ibones de Arriel, por una senda algo escabrosa al principio hasta ganar altura. Las vistas sobre los Musales y las Foratatas al fondo eran espectaculares. Pasamos varias cascadas que con el calor que hacía daban ganas de zambullirse en ellas.
Pico Arriel al fondo
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Cascada (I)
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Foratatas al fondo, vista atrás
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Garganta de Aguas Limpias (I)
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Vista atrás
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Cascada (II)
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Aparecen las Frondiellas
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Musales
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Entramos tras varias horas de caminata en el valle que da acceso a los Ibones de Arriel, ya con el Balaitus y las Frondiellas sobre nuestras cabezas. La zona es salvaje, bastante solitaria y muy agreste, por no decir que es preciosa. Al de unos minutos de llegar a los ibones y tras rodear el ibón inferior de Arriel, apareció su majestad Palas, un monte imponente, con unas formas increíbles.
La idea era hacer vivac, y la verdad es que hizo una noche increíble. El vivac inmejorable bajo un cielo estrellado, aunque a veces, alguna nube nos asustaba un poco, ya que la meteorología estaba anunciada como inestable.
Vista atrás
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Balaitus y Frondiellas
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Ibón inferior de Arriel
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Palas (I)
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Madrugamos un poco, con el sol despuntando, y emprendimos el camino de aproximación hacia la arista Robach. EL camino de subida fue una tortura por un mar de piedras inmenso, marcado con hitos, pero muy muy penoso. Encontramos lo que creíamos era la entrada a la Robach y nos metimos en el "fregao". Ni que decir que las vistas sobre todo el paraje de Arriel eran de quitar el hipo, tanto por los ibones como por la intimidante presencia del Palas, del Arriel y del Balaitus.
Palas en la niebla
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Ibón bajo de Arriel
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Arista Robach (I)
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Arista Robach (II)
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Arista Robach (III)
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Pico Arriel (I)
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Ibones de Arriel
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Pico Arriel, Lurien y Palas
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Comenzamos la arista muy bien. Era sencilla, no muy aérea y no estaba muy rota. Ibamos bien, con esa calma tensa que es pertinente cuando te metes en sitios así, pero tranquilos.
Fuimos avanzando, a veces saliéndonos de la arista y bordeándola un poco donde veíamos que estaba muy rota...vamos, lo típico en este tipo de sitios. Pero sin saber muy bien por que, nos metimos en una vira, luego en otra, luego en otra...hasta que nos vimos en un lugar en el que no queríamos estar. Pablo se puso las pilas y se curró un larguito en placa de III+ no previsto, pero del que salimos muy airosos.
Continuamos intentando salir del entuerto, pero la arista estaba rota y estaba lejos, ya que nos habíamos metido muy abajo. Continuamos intentando salir del sitio y sin quererlo ni beberlo nos metimos en un MARRONAZO de mil narices. Un largo de III+/IV en un sitio muy descompuesto y donde no había un puñetero sitio donde meter nada para proteger.
Pablo, con mucho arrojo se curró el largo, al que bautizamos "de la muerte". Pablo jurando en hebreo y en arameo y yo diciéndole que por favor metiera aunque fuera un fisurero guarro o el alien en cualqueir fisura. Tras varios minutos de muchos nervios y miedo Pablo me dice que ha conseguido salir, que ha metido cacharros y que ve una reunión buena. Tras varios minutos en los que yo estoy que me muerdo hasta las uñas de los pies, Pablo grita "reunión, reunión a cañón". Yo ya respiro.
Es mi turno, y aunque voy de segundo, hay que salir de ahí, y no es fácil. La entrada al largo es jodida y hay un patio que como diría Pablo "madre mía...". Valor y para arriba. Tras un par de minutos que trepo sin apenas tocar nada para que no se caiga ni una puñetera piedra, y yo me caiga con ella, llego a una zona cómoda y de aquí a donde está Pablo. Efectivamente, reunión a cañón.
Sin saber como, la reunión está justo al lado del paso de IV en placa clave para continuar la arista. Tras recuperarnos del susto, Pablo le da caña. Imposible. Fisura ciega, ni un puñetero agarre, la ostia puñetera. Con botas es imposible superarla. Nos atascamos como una hora. Ni de frente, ni de lado, ni de ninguna manera.
Yo estoy muerto de frío y la cabeza me empieza a fallar. Tengo ganas de salir de ahí de una puñetera vez. Tiemblo de frío. Tengo mucho frío. Tanto que Pablo lo nota a través de la cuerda. El caso es que no hace mal tiempo, pero un puñetero y extraño viento sur, que es frío como un cuchillo me está dejando helado. Pablo se baja reventado y tomamos una decisión. Si no se puede subir, hay que bajarse, pero esa decisión no es sencilla. ¿Por donde narices bajamos?. Por suerte la arista no es muy alta y justo al otro lado de la reunión hay una posible bajada.
Nos arriesgamos. Yo bajo primero y Pablo me asegura desde arriba. La primera parte de la bajada es jodida, muy jodida, pero luego se pone mejor. En un momento dado nos encontramos un lazo abandonado. Alguien más se ha bajado por ahí. Yo solo quiero salir de ese lugar. A eso de las 2 de la tarde tocamos suelo. Respiro y ya mi cabeza se relaja. Demasiada tensión.
Tras comer y reponer fuerzas, intentamos atacar la Frondiella accidental andando. Es una locura andar por ese lugar lleno de piedras y bloques enormes que dificultan el andar. Llegamos a la base tras pasar algunos neveros e intentamos subir. Está todo roto y la subida es penosa. Yo le digo a Pablo que paso de continuar, que estoy cansado y hasta los huevos (perdón por la expresión) de andar por ese lugar. Pablo intenta continuar, pero se da la vuelta, hay que trepar mucho y luego la bajada es incierta.
En la arista (I)
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En la arista (II)
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Pico Arriel (II)
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Palas (II)
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Balaitus, nos bajamos
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Vista atrás a la arista
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Frondiella occidental
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Arista Robach (IV)
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Mandamos a la Frondiella occidental a tomar por culo y nos bajamos hasta Arriel para recoger los bártulos del vivac. Un infierno de bajada, un mar de piedras enorme, extenso, sin sendero alguno, hitos por todos lados. Horroroso.
Las vistas impresionantes. Llegamos a Arriel, recogemos todo y nos bajamos hasta La Sarra. El camino se nos hace eterno, pero la compañía y las risas no fallan. Me lo paso muy bien con Pablo. Cenamos y dormimos en La Sarra.
La de cosas que se pueden aprender en menos de 3 horas.... Creo que ahora mi cabeza es más fuerte.
Mar de piedras
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Vista atrás
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Palas (III)
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Reflejos
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Vista atrás, ibones de Arriel
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Garganta de Aguas Limpias (II)
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Etiquetas: Escalada, Huesca, Montaña, Pirineos